Los conceptos más comunes sobre los audífonos son erróneos: que son enormes, voluminosos y todos se dan cuenta de que los estás usando. Estos tópicos están equivocados, exagerados y muy lejos de lo que ocurre actualmente. Especialmente, en lo que respecta a los audífonos «invisibles» o intracanal, que se encuentran dentro del canal auditivo. 

Los audífonos intracanales suelen tener cuatro formatos populares que son invisibles o casi invisibles. Los ordenamos de menor a mayor tamaño:

• Audífonos IIC: son los más pequeños del mercado. Para fabricarlos hay que hacer una toma de impresión del conducto auditivo del usuario para crear una carcasa a medida en la que en su interior irán los componentes electrónicos necesarios para la captura y amplificación del sonido. Al ser su tamaño tan reducido, lo será por tanto, el tamaño del auricular o amplificador de su interior, y en consecuencia, la potencia que puede suministrar, por lo que se recomienda solo en casos de pérdida auditiva de leve. 
• Audífonos ITC: se hacen también a medida tomando una impresión del canal auditivo y el área circundante. Son un poco más grande que los audífonos CIC, pero siguen siendo casi invisibles para las personas alrededor del usuario. Los audífonos ITC ofrecen una fácil inserción y extracción y una mayor duración de la batería. Son adecuados para las personas con pérdida auditiva moderada. 
• Audífonos ITE: se hacen también tomando una impresión del oído, incluyendo la concha en su parte externa. Estos audífonos son más grandes que los audífonos ITC, pero son más adecuados para aquellas personas con pérdida auditiva moderada a severa.